Cuento ganador del Tercer Lugar
del Primer Concurso de Cuentos
"Rutas del Amor y el Desamor"
del Instituto Chileno de Terapia Familiar
La tecnología hace más fácil hacerse la loca. El mensajito aparece ahí, en la pantalla del otro, listo para leerse, con varios corazones y un guiño. Pero una puede ignorarlo. No es como la mancha de labial en la camisa, no es como la llegada a las tres de la mañana con el perfume de otra. No, con los mensajes una puede hacerse la loca, darse vuelta en la cama, mirar al techo. Y con la luz apagada, a ratos, ahogarse al decidir entre el amor propio y el miedo tan, tan profundo de perderlo.